Es curioso esto de los puntos de vista.
Suena como a tópico, ¿no? (qué típico…)
“Todo depende del punto de vista desde el
que se mire”. Bah. ¿Cuántas veces habremos escuchado esta afirmación? Debemos tenerla tan interiorizada que, paradójicamente, pasamos de ella como
de la mierda. Es decir, la conocemos, sabemos que existe, pero no le hacemos ni
p*** caso. Porque muchas veces parece que no acabamos de tener claro que: sí,
señoras y señores, sí. Todo, absolutamente todo, depende del punto de vista
desde el que se mire. Nos guste o no.
Sin ir más lejos, lo que me hizo
reflexionar (¿reflexionar?) acerca de este asunto fue lo siguiente: finales del
mes de septiembre. Fiesta del Cine. Entradas a 2,90 €, una maravilla. Hasta
ahí, la historia es para todo el mundo igual. De repente, dos personas
coinciden en ver la misma película (SausageParty o La fiesta de las salchichas),
con un día de delay entre ellos.
La primera persona que vio la película
doblada comentó algo parecido a “no me gustó nada la peli, me pareció como de
un porno barriobajero y bastante
grotesco todo. Además tiene unos toques gore que no acabamos de entender, y eso
que íbamos 4 personas distintas”. Y debo anotar que dicha persona dista
bastante de ser la típica retrógrada-conservadora-cerrada de mente.
La segunda persona, que vio esa misma
película al día siguiente pero en VOS, espetó algo como “pues a mi me encantó
la película, creo que es una crítica muy directa a la sociedad en la que
vivimos y los toques sexuales y gore me parecieron de lo más divertido, no paré
de reírme en los 90 minutos que dura la peli”.
Y si, vieron la misma peli. Desde
perspectivas distintas. Desde mentalidades no tan distantes. La vieron con
diferentes ojos. Y ahí está el tema. La interpretación personal de los hechos
(cualesquiera que sean) hace que siempre, sí o sí y por defecto, existan dos
(como mínimo) versiones de cualquier hecho. O doscientas veintidós.
Tendemos a pensar que
nuestra percepción sobre algo es la buena. La correcta. La que vale. Y
defendemos nuestras razones como si aceptar que la otra persona puede tener
tanta razón como nosotros/as supusiera una derrota ideológica. Una derrota de
nuestra percepción. Una derrota de nuestra forma de entender el mundo. Y en
realidad, no nos damos cuenta de que la tendencia social (inducida por nuestro “querido”
mundo capitalista, por qué no decirlo) nos lleva a eso, a un pensamiento único. Y no mola. No mola nada. Por suerte, la mentalidad y las percepciones de los seres humanos frente a un
mismo hecho son impredecibles. Y todas correctas. Mejor que no nos olvidemos
nunca de esto, pues mientras lo tengamos claro seremos capaces de aprender. De
entender. De vivir. Y, desde luego, de ser felices.
PS - Nos encanta nuestro blog que sube los posts con la tipografía que le sale de la punta del pijo. Viva el descontrol.
PS - Nos encanta nuestro blog que sube los posts con la tipografía que le sale de la punta del pijo. Viva el descontrol.