Ayer estuvimos en la radio. Y no
de visita, no. No es por fardar, pero parece ser que nuestro plan de marketing
para el lanzamiento está funcionando tan bien, que a parte de clientes nos caen
entrevistas en medios de comunicación. Era uno de los efectos que esperábamos,
tener impactos gratis en prensa. Pero jamás imaginamos que saldríamos en tantos
sitios y tan importantes. Y uno de ellos es la Cadena SER.
Todos/as sabemos acerca de la
controversia existente hoy en día con los medios de comunicación. Manipulan,
omiten, exageran. Y muchas veces hasta esconden una realidad que, gracias a
otros medios de comunicación (especialmente los sociales), sale a la luz. La
gran faena es que al final, nos damos cuenta de que vivimos en una sociedad
parcialmente manipulada. Pero seguramente este sea tema para tratar en otro
post de forma más extendida. Porque este, queridos y queridas, vamos a
dedicarlo a nosotros. Si, nosotros. Sterling Cooper BCN. Y a un medio de
comunicación específico: La Radio.
La radio en sí, tiene ese rollo
retro/vintage que nos encanta. En nuestros tiempos nos cuesta imaginar que
antes la gente pasara horas y horas atenta al aparatito siguiendo la trama de
una radionovela, recibiera información relevante mediante las ondas, viviera su
pasión por el fútbol entre la FM y la AM y un largo etcétera.
En 1906, se transmitió desde
Brant Rock Station (Massachusetts, USA) la primera radiodifusión de la historia
(vale, debió ser un auténtico rollazo ya que transmitió el “Oh Holy Night” en
violín y leyó un pasaje de la Bíblia), pero este dato sólo pretende servir para
remarcar lo oldie del medio.
Pues ayer, los jefecitos de todo
esto estuvimos dando una entrevista en la radio, invitados por los grandes
profesionales del programa Hora L de la Cadena SER (grandes por llevarnos a
nosotros, obviamente. Porque la productora del programa era bastante
chiquitita). Y tuvimos la gran suerte de contar con nuestro buen amigo y partner Javi de Vision Films, que nos
hizo de fotógrafo (ver foto de justo abajo) y camarógrafo y grabó un video de lo más molón que pronto
colgaremos en algún lugar (“de la Mancha, de cuyo nombre no q quiero acordarme”,
parafraseando a Miguel de Cervantes).
Al llegar, nos vinieron a buscar
a la recepción de los estudios de la SER y nos adentramos en “el búnker”. Todo
muy moderno y maqueado pero estábamos, literalmente, a 50 metros bajo tierra.
Nada más entrar al estudio, el olor a moqueta invadió nuestras narices. Tomamos
asiento, nos pusimos los cascos y buscamos, desesperadamente, un letrero
luminoso que anunciara que estábamos en antena. Que estábamos ON AIR. Pero no. No lo encontramos. Encontramos, en su lugar, una bombilla roja en el centro de la
mesa en donde estábamos siendo entrevistados que se iluminaba cuando entrábamos en directo. Frankie,
el conductor del programa, nos transmitió la tranquilidad y confianza necesarias
para no balbucear y acabar metiendo la pata hablando como cucarachas en un vaso
de agua. Y, vanidad a parte, creo que estuvimos bastante bien. Nos sentimos un
poco en casa. O como peces en el agua. Y eso se nota. Así que salimos tan contentos que fuimos a tomarnos unas cañas. Al más puro estilo español.
No es el medio para hablar más de
nuestra entrevista, que podéis escuchar aquí. En realidad este post es más una
muestra bastante clara del material que alguien, a raíz de una entrevista de 20
minutos en la radio, puede sacar para escribir una buena parrafada. Estad
preparados/as amigos/as. Seguimos ON AIR.
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