miércoles, 16 de julio de 2014

On Air

Ayer estuvimos en la radio. Y no de visita, no. No es por fardar, pero parece ser que nuestro plan de marketing para el lanzamiento está funcionando tan bien, que a parte de clientes nos caen entrevistas en medios de comunicación. Era uno de los efectos que esperábamos, tener impactos gratis en prensa. Pero jamás imaginamos que saldríamos en tantos sitios y tan importantes. Y uno de ellos es la Cadena SER.

Todos/as sabemos acerca de la controversia existente hoy en día con los medios de comunicación. Manipulan, omiten, exageran. Y muchas veces hasta esconden una realidad que, gracias a otros medios de comunicación (especialmente los sociales), sale a la luz. La gran faena es que al final, nos damos cuenta de que vivimos en una sociedad parcialmente manipulada. Pero seguramente este sea tema para tratar en otro post de forma más extendida. Porque este, queridos y queridas, vamos a dedicarlo a nosotros. Si, nosotros. Sterling Cooper BCN. Y a un medio de comunicación específico: La Radio.




La radio en sí, tiene ese rollo retro/vintage que nos encanta. En nuestros tiempos nos cuesta imaginar que antes la gente pasara horas y horas atenta al aparatito siguiendo la trama de una radionovela, recibiera información relevante mediante las ondas, viviera su pasión por el fútbol entre la FM y la AM y un largo etcétera.
En 1906, se transmitió desde Brant Rock Station (Massachusetts, USA) la primera radiodifusión de la historia (vale, debió ser un auténtico rollazo ya que transmitió el “Oh Holy Night” en violín y leyó un pasaje de la Bíblia), pero este dato sólo pretende servir para remarcar lo oldie del medio.

Pues ayer, los jefecitos de todo esto estuvimos dando una entrevista en la radio, invitados por los grandes profesionales del programa Hora L de la Cadena SER (grandes por llevarnos a nosotros, obviamente. Porque la productora del programa era bastante chiquitita). Y tuvimos la gran suerte de contar con nuestro buen amigo y partner Javi de Vision Films, que nos hizo de fotógrafo (ver foto de justo abajo) y camarógrafo y grabó un video de lo más molón que pronto colgaremos en algún lugar (“de la Mancha, de cuyo nombre no q quiero acordarme”, parafraseando a Miguel de Cervantes).




Al llegar, nos vinieron a buscar a la recepción de los estudios de la SER y nos adentramos en “el búnker”. Todo muy moderno y maqueado pero estábamos, literalmente, a 50 metros bajo tierra. Nada más entrar al estudio, el olor a moqueta invadió nuestras narices. Tomamos asiento, nos pusimos los cascos y buscamos, desesperadamente, un letrero luminoso que anunciara que estábamos en antena. Que estábamos ON AIR. Pero no. No lo encontramos. Encontramos, en su lugar, una bombilla roja en el centro de la mesa en donde estábamos siendo entrevistados que se iluminaba cuando entrábamos en directo. Frankie, el conductor del programa, nos transmitió la tranquilidad y confianza necesarias para no balbucear y acabar metiendo la pata hablando como cucarachas en un vaso de agua. Y, vanidad a parte, creo que estuvimos bastante bien. Nos sentimos un poco en casa. O como peces en el agua. Y eso se nota. Así que salimos tan contentos que fuimos a tomarnos unas cañas. Al más puro estilo español.


No es el medio para hablar más de nuestra entrevista, que podéis escuchar aquí. En realidad este post es más una muestra bastante clara del material que alguien, a raíz de una entrevista de 20 minutos en la radio, puede sacar para escribir una buena parrafada. Estad preparados/as amigos/as. Seguimos ON AIR.

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